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Los «narcosatánicos»

Publicado: 14 de enero de 2012 en Uncategorized

Los “narcosatánicos”

La niebla se hacía más densa al subir el cerro. Era como que el diablo no quería que nadie suba y descubra lo que se escondía dentro de la casa macabra. Dicen que ahí fueron descuartizados varios jóvenes, en el nombre de Satán o del Todopoderoso.
Los habitantes de este pequeño pueblo del corazón de la provincia de Los Ríos temían salir en las noches. Pedro Vera, montubio de gran valentía y uno de los más viejos moradores, fue quien se enfrentó a dos miembros de los “Garras negras”, esta supuesta secta satánica, que en realidad era una banda de vendedores de droga. Su hijo, de 15 años de edad, fue inducido al consumo de marihuana y otras sustancias, así como muchos adolescentes que desarrollaron una rápida adicción. Sorprendentemente algunos de ellos desaparecieron, así como otros traficantes de droga de bandas rivales, que querían apoderarse de este territorio donde antes solo se cosechaba cacao y banano.
Diez cadáveres desmembrados aparecieron en tan solo un mes. La policía, que poco se la veía por este sector, llegó a investigar estas muertes y quienes eran los autores. Seis de las víctimas fueron reconocidas al hallar sus cabezas; en 3 casos por los tatuajes que los cuerpos presentaban en sus extremidades.
Vera dice que antes que lleguen estos misteriosos sujetos, el sector era tranquilo y pacífico. De vez en cuando la gente se peleaba por tierras, pero eran enfrentamientos “hombre a hombre”, a puño y machete. Sin embargo, cuando arribaron estos hampones todo cambió. Al parecer, eran prófugos de la justicia que vinieron para ocultarse en este pueblo de difícil acceso, rodeado por montañas y bosques.
Según comentó doña Clarita Romero, mujer que sabe todo lo que ocurre en esta población, primero llegaron 4 hombres de raza negra que invadieron unos solares vacíos. Se pusieron a cultivar arroz. Luego aparecieron unos colombianos, aproximadamente 5, que también trabajaron las tierras. Poco a poco llegaron más. Al final eran como 30 foráneos, algunos con mujeres e hijos. Ellos trajeron las malas costumbres y el chulco. Inicialmente se hicieron amigos de la gente porque les prestaban dinero con altos intereses. “Era la forma de progresar ya que los vecinos querían producir más banano”, explicó Clarita.
Pero con el desarrollo también empezó el consumo de estupefacientes y la violencia. Los jóvenes, aturdidos por el vicio, robaron, pelearon, formaron pandillas. El auge del negocio ilícito a su vez trajo a otros “narcos”. Así comenzaron las muertes. Era una guerra por el poder y supuestamente para “limpiar las calles de delincuentes”. Esto era lo que dijeron los 10 integrantes de los “Garras negras” que fueron detenidos luego del operativo de la Policía realizado gracias a la ayuda de Pedro Vera.
Cansado al ver a su hijo convertido en un adicto y por tantas muertes, el valeroso hombre cogió su machete y subió el cerro donde los “Garras negras” realizaban sus supuestas reuniones sociales. Loma empinada y resbalosa por la lluvia. Al acercarse por la parte trasera de esta covacha de caña y madera, horrorizado encontró dos cadáveres más, también descuartizados y casi sin sangre. La terrorífica escena hizo que Vera lance un grito que alertó a los demás pobladores que inmediatamente llamaron a la policía.
Los “Garras negra” reaccionaron y salieron de la vivienda en busca del intruso. Pedro intentó huir pero fue interceptado por dos de los matones. Empuñó su machete y resistió el embate de sus victimarios hasta que cayó vencido. Los criminales lo ataron y colgaron de un árbol para proceder con otra desmembración.
Cuando las afiladas hachas estaban a punto de cortar la piel de la víctima, llegaron los agentes e impidieron el acto sangriento. Diez facinerosos fueron capturados. Dentro de la vivienda y en el lugar donde estaban los cadáveres se hallaron velas negras y blancas, sangre en recipientes, pentagramas y cabezas de chivos, lo que evidenciaba el ritual satánico que ahí se llevaba a cabo. Según los detenidos, mataban a los drogadictos y delincuentes para “sanear el sector”. Sin embargo, la investigación preliminar reveló que los fallecidos eran jóvenes que les debían dinero por la compra de droga y otros eran narcotraficantes rivales. El acto satánico era para que el diablo los proteja y evitar que sean descubiertos.
Pero al parecer, el ritual les falló al menos a los que fueron capturados. La policía busca al resto de la banda de “narcosatánicos”.
La paz volvió al pueblo, al menos por el momento.